¿Qué pretende este blog?


Mi blog pretende realizar una crítica, lo más completa posible, de los principales hoteles europeos, así como proporcionar instrucciones y usos de protocolo y buenas maneras tanto a los profesionales del sector como a los huéspedes de los establecimientos. Como se observa, todo está basado en la independencia que me caracteriza, no perteneciendo a ninguna empresa relacionada con este mundo. Soy un consultor independiente. Personalmente he visitado cada uno de los locales de los que hablo en este blog.
Es mi capricho, del que llevo disfrutando varios años y quiero poner mis conocimientos y opiniones a disposición de todo aquel que quiera leerlos.
La idea surgió al no encontrar nada en la red - ni siquiera en inglés - sobre auténticas críticas de hoteles, al margen de comentarios de clientes enfadados que "cuelgan" sus quejas en distintas webs como un simple "derecho al pataleo" sin intento alguno de asesorar, construir o mejorar.
Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.

viernes, 26 de febrero de 2010

Cómo evitar ser un turista grosero



La clase ¿Nace o se hace? Lo primero, seguro; lo segundo, afirmo que - aunque más difícil -, también. Porque no lo olvidemos, en el siglo XXI la clase no es otra cosa que la muy buena educación, el saber estar como se debe estar en cada momento y las reglas básicas de urbanidad y buenas maneras de toda la vida. Por tanto, no nos confundamos, la clase no tiene que ver con la alta capacidad adquisitiva -durante la historia pocas veces han ido de la mano- ni con la pedantería cursi y amanerada del que cree que por sus rarezas va a ser aceptado en cierto nivel social.

Vayamos por partes. Hemos dicho que tener clase es:

"La muy buena educación y el saber estar como se debe en cada momento":

Si hay algún error por parte de la recepción en el tipo de habitación que hemos elegido ¿Por qué levantamos la voz? ¿Por qué utilizamos frases soeces como "yo lo he pagado" o "yo soy el que paga"? O como "usted no tiene ni idea, cállese y deme la habitación que había pedido" O como si aún no está preparada "Pues empezamos bien", etc.
¿Por qué en los hoteles de "playa" dejamos las toallas secar en el balcón? ¿Por qué vamos a comer en dichos hoteles en "chanclas"? ¿Por qué en los espacios comunes de estos hoteles los hombres no cubrimos nuestro atractivo pecho con -al menos- una camiseta? ¿Por qué gritamos o levantamos en exceso la voz, aunque nos lo estemos pasando extremadamente bien? ¿Por qué hablamos alto cuando vamos por los pasillos de un hotel, sobre todo si son más de las doce de la noche, creemos que estamos solos en el local? ¿Por qué si utilizamos uno de esos hoteles que -en mi pobre opinión- son detestables llamados "Todo Incluido" nos hartamos como cochinos a comer absolutamente cualquier alimento que se nos pone por delante o bebemos cantidades ingentes de alcohol hasta acabar semiinconscientes en una birria de piscina de azulejo barato; acaso por ser gratis o "ya lo he pagado"? ¿Por qué empujamos como hipopótamos a "culazos" a todo aquel que se acerca a servirse algo en el buffet del desayuno, acaso creemos que se va a acabar y voy a estar 40 días sin comer? ¿Por qué abro y cierro las puertas de acceso a mi habitación y la de los armarios de las mismas dando portazos que serían capaces de despertar a una momia? ¿Por qué tratamos al servicio del hotel como si fueran nuestros sirvientes? ¿Por qué si en un hotel de lujo me exigen cierta etiqueta en el vestir no la cumplo, acaso porque tengo mucho dinero? ¿Por qué no utilizo el albornoz -si es que lo tenemos a nuestra disposición- para desplazarme por ciertos espacios comunes del hotel? ¿Por qué arramblo en mi check-out con todas las "amenities" de la habitación que dejo, incluido el calzador, el abridor de botellas y la "body lotion" que criará malvas eternamente en un cajón olvidado de nuestro cuarto de baño?, ¿Por qué no damos propina ni al botones que acaba de salvar a nuestra querida acompañante de un incedio que hemos tenido en nuestra habitación y sí somos capaces de gastarnos en cervezas baratas el doble del importe que en conciencia deberíamos haber gratificado al héroe de nuestro botones?, ¿Por qué en ocasiones que frecuentamos un hotel de lujo andamos cohibidos como creyendo que no somos de la clase del resto de los huéspedes, acaso no somos todos iguales?

"las reglas básicas de urbanidad y buenas maneras de toda la vida".

¿Por qué no SIEMPRE cedemos el paso un señor a una señora y un joven a un mayor?¿Por qué no SIEMPRE utilizamos en la prestación de un servicio el gracias, habiendolo pedido por favor?, ¿Por qué, al pasear por un hotel no cruzamos una sonrisa con los que están a nuestro alrededor -espero que se me entienda esta frase- ?, ¿Por qué llamamos a gritos al camarero y le tuteamos?, ¿Por qué salpicamos como nutrias en la piscina?, ¿Por qué en los recintos comunes odiamos a los niños que gritan o se portan mal si son solo niños?¿ Por qué, si somos padres, no cuidamos de que nuestros hijos no entorpezcan y disturben el descanso del resto de los huéspedes?¿Por qué bajamos al desayuno con una pinta como si estuvieramos recién levantados, incluidas las legañas, qué sucede que nos da apuro gastar gel por si luego no llega para "apropiarnoslo"?, ¿Por qué atracamos y llenamos el bolso de productos del desayuno, acaso tenemos dinero para una semana en un "resort" y no para un "break" de media mañana?

lunes, 22 de febrero de 2010

Hotel Palazzo Sasso






Web
Sin errores. No puedo más que puntuarla con sobresaliente. Muy bien organizada se puede encontrar la información que se desea rápidamente y con un gusto en el diseño propio del gran hotel del que vamos a hablar. Perteneciente a Preferred Hotels of the World, puede ser reservado directamente desde la web oficial del establecimiento como desde la web de Preferred Hotels of the World o vía telefónica en español desde la central de reservas.
Es de agradecer la elección de las fotografías, de muy alta calidad y el orden y la armonía en la que se navega en todo momento dentro de la página.

Ravello y la Costa Amalfitana
Par
a saborear el lujo y la clase no hace falta irse muy lejos. No hay más que viajar a la costa de Nápoles y saber elegir un hotel. Antes de seguir tengo que afirmar que conozco muy bien toda la Costa Amalfitana, la visito frecuentemente junto a sus dos islas principales, Capri e Ischia. Conozco, porque me he hospedado en ellos, la mayoría de los hoteles de lujo de la zona; poco a poco iré hablando de cada uno de ellos.

Nos encontramos ante el centro del turismo con clase del mundo. Sí, han leído bien, el centro, el no va más, la clase, la elegancia... en definitiva lo que queda de la casi desaparecida "dolce vita", quitando de dicho término sus definiciones más hedonistas y .
La "Costiera Amalfitana" engloba una porción de terreno que va desde Sorrento hasta Ravello, aproximadamente, geográficamente algo más. En ella nos encontramos bellos municipios entre los que cabe destacar aparte de los mencionados, Amalfi y Positano junto a las islas de Capri e Ischia.
Ravello quizá el más escondido y justo encima de un acantilado es, posiblemente, el más bello. De "complicado" acceso desde Cappodichino Airport, aeropuerto internacional de Nápoles, no te quita nadie la hora y cuarto en coche por carretera farragosa. Pero la llegada merece con creces la pena.
Por todo, no me ha sido difícil elegir al Palazzo Sasso como comienzo de mis críticas a varios hoteles de la Costa Amalfitana.


Ch
eck-in
Salvo una vez que tuve el atrevimiento a alquilar un coche en el aeropuerto y -sin gps- plantarme en Ravello, siempre un shuttle privado nos espera a mi acompañante y a mí desde llegadas del aeropuerto para conducirnos hasta el hotel.
La recepción es inmejorable. Ante todo, con voz muy baja - cómo se agradece - y con una sonrisa siempre, el check-in es rápido y cortés. En el caso que nos ocupa, reservé directamente a través de la web del hotel; había reservado una "junior suite" que por un amable "upgrade" pasó a ser una "superior junior suite".
De la habitación solo puedo decir maravillas, posiblemente sea la mejor cuidada en la que haya estado. De amplitud considerable sin ser kilométrica, combinaba un diseño moderno con muebles clásicos y alfombras persas con un gusto inmejorable. La terraza, con vista parcial al mar, era un oasis de relax y el cuarto de baño sin lujos ostentosos era dominado por el mármol, el jacuzzi y por la elegancia de sus fragancias de Bulgari. Antes eran de Etro. El suelo de la "room" era de cerámica de Vietri, como alguna decoración del hotel, cerámica de la que me enamoré desde mi primera visita a la costa de Nápoles.
Como distintivos, el hotel cuenta con una carta de sábanas desde el género de raso hasta el algodón más exquisito. Tan solo tienes que rellenar un papel marcando la que te apetece cada día. Con un servicio de "cobertura" delicioso no puedo decir nada malo del servicio ni de la habitación.

El Hotel

Como
he insinuado antes, me atrevo a afirmar que es el establecimiento con más clase de la costa amalfitana. El hotel es una villa italiana de siglo XII situado en el acantilado de Ravello a unos 350 metros a nivel del mar dominando una vista del Mediterráneo absolutamente impresionante. Desde su última reapertura en 1997, el Palazzo Sasso está catalogado por las más prestigiosas críticas hosteleras como uno de los mejores hoteles del mundo.
Consta con una piscina de agua caliente, no muy grande pero suficiente con cascada de agua y con vistas al mar y a la montaña; desde hace tres años cuenta entre sus jardines con un Spa con fabulosos tratamientos de belleza de “Carita, Paris”, piscina de hydromasaje, sauna y baño turco. La última adquisición del hotel ha sido un "beach club" situado en Marmorata, un pequeño municipio a pocos minutos en coche del hotel, justo debajo del acantilado de Ravello. Aparte de poder sumergirse en las azules aguas del mediterráneo, consta este recinto de un bar y de una pequeña piscina y solarium. El hotel ofrece a sus huéspedes un servicio de "shuttle" de cortesía para poder acceder a este "beach club Sasso by the Sea".
Son multitud la cantidad de "celebrities" que se han hospedado en el Palazzo Sasso o en el "Hotel Palumbo" - así se denominaba antes de su última reapertura -. Los detalles de todas las estancias comunes son cuidados hasta el más mínimo detalle. Las obras de arte contemporáneas combinan con los muebles de estilo, de tal manera que puedes observar un grabado de Warhol encima de un sofá isabelino. Que conste que el hotel posee 32 habitaciones y 11 suites a una media aritmética de 2 empleados por habitación. No se puede pedir más a un servicio.
A ser posible compensa visitar Ravello durante su Festival de Música de conciertos. De marzo a julio y septiembre y octubre tienen lugar en los frondosos jardines de Villa Rufolo, muy próximo al hotel, conciertos de música clásica. El paraje es inmejorable.
No hay que olvidar que el Palazzo Sasso, como la mayoría de hoteles de costa mediterránea está abierto solo en temporada estival, es decir, de abril a octubre. Si conviene evitar algunos meses el visitar Ravello o cualquier otro lugar de la costa amalfitana, suprimiría julio y agosto, ambos meses donde hay cierta masificación de turistas entre los que destacan los "del día", es decir, los que o bien desde Nápoles o Sorrento visitan en el día el lugar y luego se van, también los "del día" pero los que "sueltan" desde esos cruceros baratos a pasar la mañana en Capri y luego tienen que volver con la lengua fuera al barco y siempre tienen el mismo buffet de cena y, por último, los que intentan hacer un turismo más de clase y no pueden - por su trabajo - tomar sus vacaciones más que en estos meses.

El hotel no es un resort, de hecho no es muy grande pero, desde sus miradores se contempla una puesta de sol como pocas veces se puede ver.
No puedo continuar sin nombrar a Antonio Ferrara, gerente del "front office" del hotel. Antonio es el "relaciones con los huéspedes" más amable y eficaz que me he encontrado jamás en ningún hotel. Si yo fuera hostelero, daría una fortuna por tenerlo en mi equipo. Enhorabuena, Sr. Ferrara.

Bares y Restaurantes

"Rosselinis Restaurant". Mención especial hay que hacer a uno de los templos gastronómicos italianos. Mucha gente acude desde lejos solo a probar la comida de su chef Pino Lavarra. Pino estuvo varios años con el célebre Raymond Blanc de Le Manoir, cerca de Oxford. Rosselinis ya cuenta con dos estrellas de la prestigiosa Michelín y demuestran el talento prodigioso del chef.

Los manteles, de hilo color salmón, entonan a la perfección con el color de las paredes y la decoración de la sala; hasta el hilo musical con un tenor de fondo ayuda, mientras saboreas un "bloody mary", a disponerse para la cena.
Sin embargo, del menú poco puedo decir puesto que no acerté en mi elección. No soy entendido en gastronomía, por tanto no entraré en detalles pero Pino hizo hincapié en las verduras y hortalizas y no era esa mi apetencia en el momento. El carré de cordero, muy bien presentado, no supe valorarlo del todo y el postre, con un festival de cuatro tipos de chocolate, ninguno me supo a lo que indicaba el nombre del plato. Tengo ganas de repetir -nunca llego a atreverme- para quitarme de encima esta espina que llevo clavada.
Como notas a mejorar se encuentra la luz de la sala. Ya sé que en muchos restaurantes europeos - incluso en algún "quiero y no puedo" español- se cena a muy poca luz, casi tan solo a la luz de una o dos velas. Es superior a mis fuerzas. Es cierto que confiere intimidad y relaja el ambiente pero no me deja ver bien lo que hay dentro del plato. Pues bien, Rosselinis tiene muy poca luz; uno de los puntos a mejorar. ¡Ojalá muchos restaurantes solo tuvieran este punto a cambiar!
Perdón por el cambio pero otra noche fuimos a cenar a un restaurante cercano llamado "Cumpa Cosimo" donde una "mamma" nos dió un pescado y una pasta como pocas veces he probado. Varias mesas estaban ocupadas por huéspedes del hotel que coincidieron conmigo y con mi acompañante la noche anterior en Rosselinis.

"Caffé dell'Arte". Con suelo de mármol y camareros con chaleco negro y oro, al Caffé dell'Arte le guardo un especial cariño. Es en donde me han servido el mejor mojito que he probado nunca. Me parece, no estoy seguro, se llamaba Salvatore el que lo mezcló. Lugar delicioso para poder hacer un almuerzo o una cena informal o tomarse un cóctel antes o después de cenar. Cuando el tiempo lo permite se puede saborear desde una de sus terrazas con vistas infinitas.

Check-out
Cuesta mucho despedirse de un hotel tan maravilloso como el Palazzo Sasso. Antonio nos acompañó con la amabilidad que le caracteriza. Como apunte mi tarjeta de crédito se había estropeado debido a un imán en forma de clip que utilizaba para atrapar billetes. Ni siquiera me dijeron que la tarjeta no funcionaba; marcaron a mano el número y ya está. Todo un lujo en el servicio.

Notas para futuros huéspedes

Los que ya hayan leído alguno de mis anteriores post se habrán dado cuenta que tengo cierta aversión por el turista dominguero y ruidoso. Por favor, absténganse de hospedarse en este hotel los que frecuenten este tipo de turismo. Tampoco lo recomiendo si se va con niños aunque todo depende de la educación de los mismos y -hay que ser justos- del carácter de los chavales.
El precio de las habitaciones oscila aproximadamente entre los 300 y los 2.000 euros por día teniendo en cuenta el tipo de la habitación y la temporada.
Para los que quieran seguir disfrutando de la maravillosa Costa Amalfitana, recomiendo los siguientes hoteles:


Ravello: Hotel Caruso. A Orient Express Hotel


Amalfi: Hotel Santa Caterina. A Leading Hotels of the World

Positano: Holtel Le Sirenuse. A Leading Hotels of the World // Il San Pietro. A Relais and Chauteaux Hotel.


Sorrento: Grand Hotel Excelsior Vittoria. A Leading Hotels of the World


Capri: JK Place Capri // Hotel Quisisana. A Leading Hotel of the World // Capri Palace and Spa. Anacapri. A Leading Hotel of the World.


Ischia: Albergo della Regina Isabella. Lacco Ameno. A Preferred Hotels of the World. // Mezzatorre Hotel and Spa. Lacco Ameno. A Leading Hotels of the World.

Poco a poco, de todos ellos intentaremos hablar.

Como siempre, muchas gracias por su atención y quedo a la espera de cualquier comentario que desee hacerme.


Alfredo

martes, 16 de febrero de 2010

Cómo diferenciar un hotel de lujo de un "pufo" (1ª entrega).

1- Nunca reserves habitación en un hotel si antes no has visitado su web y te ha convencido. Recela de los hoteles con una web "casera" con pocas fotografías. También, salvo casos muy excepcionales, no frecuentes un hotel donde no puedas hacer reserva "on-line" y tengas que rellenar un formulario.

2- Huye despavoridamente de los hoteles que en su web introducen fotografías donde aparecen personas que se pueden identificar aunque sean anónimas. Aclaro, me refiero a esas fotografías donde aparecen comiendo en el restaurante del hotel varias personas - los hombres en manga corta y "shorts" -, fotos de personas en la recepción con "chanclas"... . Cuanta más resolución y más grande sean las fotos, sobre todo de las habitaciones, mejor será el hotel; esta es una regla que se adecúa bastante a la realidad.

3- Desconfía de los hoteles "satélite"; es decir, de los establecimientos que no están asociados a ninguna cadena hotelera ni a ninguna central nacional o internacional de reservas. Los criterios de calidad de estas cadenas o centrales de reservas (de algunas) son muy exigentes.

4- Cuidado con los hoteles "cometa"; es decir, aquellos que porque han salido una vez en la revista "fasiondelamuerte" y dos veces en "oseaporfavor" parece que alcanzan criterios de lujo y servicio y al año siguiente los dueños rebajan una estrella porque no tienen ni para pagar los impuestos.

5- Si quieres un hotel de lujo no vayas a ninguno que te recomiende una agencia de viajes (de las que todos conocemos); ellas desconocen ese criterio. No diré cual, lógicamente, pero hace poco hice una prueba entrando en una muy conocida y preguntando si podían reservarme el hotel Palazzo Sasso de la Costa Amalfitana. Al requerimiento me contestaron: ¿Dónde está la Costa Amalfitana? Si quieres un hotel de lujo, en un destino de lujo, búscalo tú mismo y procede a reservar cómo ya he comentado en otros "post".

6- Y como ya son varias personas, al menos tres, las que leen mi blog, voy a seguir el consejo de uno que me recomienda no hacer entradas tan largas. En breve continuaremos.